Todos sentimos la constante necesidad de expresar los sentimientos de nuestros corazones. Ademas somos una y otra vez impulsados a manifestar las cosas que llevamos dentro. Pero debemos ser sabios mayordomos de nuestro interior. Por algo Dios nos ha dado una clave de seguridad para manejar nuestros sentimientos, y es que mientras uno no ha expresado algo, tiene control de ello; cuando ya lo ha manifestado, no le puede dar forma alguna. Tengamos sumo cuidado con el medio o el lugar que estamos utilizando, la persona a quien estamos dirigiéndonos, y en la forma en que estamos expresándonos. Y es que los medios que utilizamos en nuestros días van mas lejos que nunca. Hoy en solo un minuto podemos alegrar a muchos corazones en todo el mundo con mensaje agradable, pero también podría ser que maltratemos verbalmente a muchos con un mensaje descompuesto o mal dirigido. El salmista David dijo: “pon guarda a mi boca, oh Jehová; guarda la puerta de mis labios” (salmo 141.3). El cibernauta diga: “pon guarda a mi mano, oh señor; controla la agilidad de mis dedos”, porque en dos o tres palabras ya una persona puede estar exponiendo sus intimidades ante todo el mundo. y alguien dijo: "el que pierde la intimidad lo pierde todo". Entonces ¿dejamos de expresarnos? En ninguna manera, podemos decir que es imposible dejar de hacerlo. Pero no ignoremos que para hacer saber las cosas hay un momento, una forma, una persona, una medida, un orden. David refugiado forzosamente en una cueva tenía algo que expresar y pensó en alguien; el dijo: “Con mi voz clamaré a Jehová; Con mi voz pediré a Jehová misericordia. Delante de él expondré mi queja; Delante de él manifestaré mi angustia” (salmo 142.1-2). La presencia del señor es el lugar perfecto para expresar todos los sentimientos interiores.
En nuestro país existen plantas que suelen sernos de mucho beneficio tanto por poseer propiedades terapéuticas como por su utilidad en la gastronomía y en la estética. Una de estas es la bija, también conocida como achiote, urucú u onoto. Según explica la nutrióloga clínica Wendy Santos, la bija proviene de las regiones intertropicales de América. “A la bija se le otorgan excelentes propiedades, ya que es una fuente rica de provitaminas A y D”, indica la nutrióloga. Expresa que entre los múltiples beneficios que se le atribuyen a las hojas del árbol de bija, se pueden enumerar sus propiedades curativas como: antiinflamatorio, antiséptico vaginal, cicatrizante, purgante, antidiarreico, protector solar y de las picaduras de insectos. “Estas hojas también son útiles para reducir los síntomas de: conjuntivitis, hinchazón de ojos, patologías de la piel, inflamación de la boca y garganta, hemorroides, reumatismo, vómito, episodios de gonorrea, fiebre, hipertensión, quemaduras
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