Los beneficios de la confianza en Dios son personales. Alguien puede hablarnos de lo que ha recibido, de lo que ha sucedido con el, etc. pero nos cuesta a nosotros dar el paso para alcanzar lo nuestro. La manipulación no puede producir fe. Cuando se le presento a Jesús un hombre con su hijo endemoniado para que lo sanara, El Señor le dio a entender que estaba a su alcance la liberación del muchacho: “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Marcos 9.23). Con la respuesta de Jesús entendemos que, su gracia es una oferta disponible en cualquier lugar, momento o circunstancia, y su costo es “poder creer”. Recibir de Dios es difícil, si al acercarnos lo hacemos confiando en nuestros méritos personales; pero el señor nos prueba con nuestra libertad de decisión. Nuestra decisión comienza ha ser probada cuando oímos la palabra, pues, la escritura dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10.17). Aquel hombre que se acerc
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