El Ocultismo
¿Cómo explicar que en un siglo como el nuestro, en el que brilla la inteligencia humana, que sabe dividir el átomo y enviar cohetes al espacio, tantas personas confíen en la astrología y el ocultismo?
Aun
el horóscopo, que parece insignificante y que se halla en la mayoría
de los diarios, es una puerta abierta a las tinieblas. Usted dirá:
¡No es más que una creencia inofensiva, un juego! Entonces, ¿Por
qué lo lee? ¡Cuidado! Quien presta atención a tales cosas a menudo
cae en manos de charlatanes, pero a veces también bajo el poder de
Satanás. Es como una escalera que baja y se hunde en la
oscuridad.
El primer escalón es la lectura del horóscopo o el temor supersticioso, por ejemplo tener miedo de que ocurra una desgracia el martes trece o por ver a un gato negro. El segundo es la consulta a un vidente o médium. Se baja de escalón en escalón hasta llegar al último: la muerte, separación eterna de Dios. “No os volváis a los encantadores ni a los adivinos”, dice la Biblia (Levítico 19:31). Esa gente sólo conoce el pasado e inventa el futuro. La Palabra de Dios también nos dice: “Para el malo no habrá buen fin, y la lámpara de los impíos será apagada” (Proverbios 24:20).
El primer escalón es la lectura del horóscopo o el temor supersticioso, por ejemplo tener miedo de que ocurra una desgracia el martes trece o por ver a un gato negro. El segundo es la consulta a un vidente o médium. Se baja de escalón en escalón hasta llegar al último: la muerte, separación eterna de Dios. “No os volváis a los encantadores ni a los adivinos”, dice la Biblia (Levítico 19:31). Esa gente sólo conoce el pasado e inventa el futuro. La Palabra de Dios también nos dice: “Para el malo no habrá buen fin, y la lámpara de los impíos será apagada” (Proverbios 24:20).
Hoy en día proliferan los falsos adivinos en múltiples cadenas de televión, que engañan a muchos ingenuos sacándoles el dinero por medio de tarifas muy caras en las llamadas telefónicas. Las
víctimas más usuales suelen ser personas solas o con problemas de depresión y otras enfermedades o con falta de amor o de pareja. Estos falsos adivinos lo saben muy bien y juegan con la sensibilidad de estas personas unas veces con cartas diabólicas de Tarot, diversos tipos de piedras y amuletos, conjuros y rituales satánicos que pertencen al mundo de la oscuridad. La palabra de Dios es muy clara con respecto a quienes practican estos engaños:
Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar
¡Ay
del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan
tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! (Mateo 18.6-7).
Si
eres una de esas personas que engaña a sus semejantes Dios te llama
al arrepentimiento pues nadie podrá escapar de su justicia cuando
Jesucristo vuelva en su segunda venida a la tierra.
Nuestro
Dios nos abre su corazón y nos confía sus pensamientos: “Porque
yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor,
pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”
(Jeremías 29:11). Él es quien decide nuestro porvenir. Confiemos
en Dios, el máximo poder, quien es también el que nos pedirá
cuentas de nuestra vida.
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