En
medio de las crisis que nos asaltan comúnmente nos lamentamos, y es
que siendo sinceros, no son para nada agradables. Pero cuando estamos
atravesando por una crisis ¿que estará pasando? ¿sera solo pesar y
lamento? ciertamente en medio de la crisis muchas cosas pasan, aunque
traen consigo la tentación de solo lamentarnos. Una de las cosas
provechosas que suceden cuando estas tienen lugar es que se pone de
manifiesto nuestra generosidad. Es como que uno utilice una escalera,
siempre que necesita acceder a cierto lugar alto, pero un día,
además de que se hayan llevado la escalera, uno sea atacado por una
fiera… ¿Qué usted haría? Es muy difícil uno descifrar que cosa
se le ocurriría en tal caso. Lo cierto es que la inteligencia se
activara y llevara a cabo algo apresurado, posiblemente saltar la
pared sin escalera, y si tiene alguna imposibilidad o alguna dolencia
posiblemente se acuerde de ello después que haya saltado. Aunque no
parezca así, en cada crisis aparecen nuevas estrategias que servirán
aun para ayudar a otros.
Los
avances de hoy nos ofrecen tantas facilidades que nos acostumbramos a
ellos; entonces, si dependemos de las maquinarias y de la tecnología,
el día que fallen estas ¿moriremos? El día que la corriente
arrastra a uno, aprende a nadar o se ahoga. El mundo esta azotado
constantemente por diversas crisis en todos los ámbitos. Las crisis
nos asaltan, por tanto es importante ser prudentes, generosos, y
confiar en Dios. precisamente el salmista clama a Dios: “Danos
socorro contra el adversario, porque vana es la ayuda del hombre”
(salmo 108.12). Aunque la ayuda existe entre nosotros, el problema
consiste en que el humano es el blanco de la crisis, y a veces hasta
el instrumento de ella, por eso su ayuda “es vana”. A veces
intentando dar un paso para socorrer a otro, una dificultad nos
bloquea. Así que, cuando a faltado el hombre, con el señor no pasa
igual. Es Dios el que ha preparado el socorro oportuno para el
necesitado y el no faltara a sus promesas.
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