"Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y el respondió: heme aquí. Y dijo: Toma ahora a tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré" (génesis 22.1-2). Fueron las palabras de Dios a Abraham, pidiéndole que entregara a su hijo. ¿Dios no es el que da la vida y tiene poder sobre ella? El se podía llevar a Isaac como mueren muchos todos los días, pero quiso Dios probar la voluntad de Abraham diciéndole que lo sacrificara, el, con sus manos. Lo vemos obedientemente llegar al lugar indicado, ponerlo sobre el altar y solo detenerse a la voz de Dios nuevamente: “No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; porque ya conozco que temes a Dios, por cuanto no me rehusaste tu hijo, tu único” (génesis 22.12). Esto denota la decisión de Dios de tocar nuestro ego en su centro, con el fin de que seamos aprobados. La palabra revela que Abraham oía claramente la voz de Dios, pero faltaba algo: que el siervo de Dios pasara la prueba de la humildad. No lo vemos exponer ningún argumento ante la petición del Señor. Constantemente el señor nos exige cosas que no se comparan en nada con el “único”, “Isaac”, y cuantos argumentos! Pero a veces aferrados a cosas hasta pecaminosas. Pensémoslo… ¿no es mayor que la bendición el que bendice? Y cuando nos pide es un poco de lo tanto que nos ha dado, con el fin de multiplicarlo. ¿Qué paso luego con Abraham? Definitivamente Dios no necesitaba a Isaac, ni necesita valerse de holocaustos ni grandes sacrificios, el es Dios. Cuando lo demanda es por causa de nosotros, como prueba de nuestra decisión, derribando la gran barrera de nuestro orgullo que nos aleja de el, para conocimiento de su voluntad y para bendición nuestra.
En nuestro país existen plantas que suelen sernos de mucho beneficio tanto por poseer propiedades terapéuticas como por su utilidad en la gastronomía y en la estética. Una de estas es la bija, también conocida como achiote, urucú u onoto. Según explica la nutrióloga clínica Wendy Santos, la bija proviene de las regiones intertropicales de América. “A la bija se le otorgan excelentes propiedades, ya que es una fuente rica de provitaminas A y D”, indica la nutrióloga. Expresa que entre los múltiples beneficios que se le atribuyen a las hojas del árbol de bija, se pueden enumerar sus propiedades curativas como: antiinflamatorio, antiséptico vaginal, cicatrizante, purgante, antidiarreico, protector solar y de las picaduras de insectos. “Estas hojas también son útiles para reducir los síntomas de: conjuntivitis, hinchazón de ojos, patologías de la piel, inflamación de la boca y garganta, hemorroides, reumatismo, vómito, episodios de gonorrea, fiebre, hipertensión, quemaduras
Una de las cosas mas dificiles que enfrentamos como seres humanos,es la obediencia.Esa tendencia pecaminosa que traemos ya en nuestro interior,producto del pecado cometido por nuestros primeros padres,no nos ayuda para nada cuando queremos con nuestras fuerzas obedecer.Existe la palabra "imposible" en la vida de nosotros como hombres carnales;pero l biblia dice que para el que cree,todo es posible,pues nada hay imposible para Dios (Lucas 1:37).Cual seria nuestra conclucion al respecto??...,que desde nuestro punto de vista carnal,se hara dificil obedecer,no imposible si creemos que con la ayuda del Padre Celestial lo podemos logra,es preferible obedecer a Dios,antes que a los hombres,o nuestros antojos,gustos y deseo.(Hechos 5:29).
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