Dentro de la inmensidad de cosas provechosas que leemos en la biblia encontramos:
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (filipenses 4.8).
Tal vez usted no ha analizado nunca que es lo primero que hace en el día, pero el ritmo de la vida comienza su día al despertar y de inmediato se activa nuestra mente.
Se nos hace un tanto complicado en nuestra condición humana recibir el orden de los pensamientos, que no van desde nosotros, si no hacia nosotros. Nuestra mente es receptora de elementos del ambiente; es el punto de entendimiento donde se forman y relacionan las ideas. Es muy difícil para el más puro pensar lo más impuro, pero esta es la realidad en un ambiente en el que pasea nuestra mente, encontrándose con lo bueno y lo malo en exhibición.
Al despertar como que comenzamos a vivir, y nuestros pasos en la vida tienen una alta influencia de nuestros pensamientos. Dios anhela colocarse al pie del ritmo de nuestro diario vivir. El nos hizo para que pensáramos antes de actuar. Por tanto, ya que es una realidad humana el pensar y actuar mal, el señor nos visita con la posibilidad de pensar bien. La buena vida, entonces, no se puede interpretar como tener todas las posibilidades materiales y disfrutar de muchos placeres; si no que la vida buena es aquella en la cual se refleja: lo verdadero, lo honesto, lo justo, lo puro, lo amable, lo de buen nombre, en lo que hay virtud, en lo que es digno de alabanza (Filipenses 4.8). Esta es la constitución del diario vivir, y esto demanda Dios para nuestra relación con todo y con todos. Analizándolo bien es una invitación a vivir conforme al cielo, en donde todo es bueno. Es el principio que ajusta para cada paso que damos y para el orden de los proyectos, pues no habrá proyectos seguros sin un pensamiento recto. Estos valores que la palabra nos invita a tener en la mente son la coraza que nos viste moral y espiritualmente en un ambiente en donde predominan las obras malas. Es indiscutible que los pensamientos son proyectos incubados. Lo que hoy es una gran empresa una vez fue solo un pensamiento. La invitación bíblica para que pensemos todo lo bueno, es porque Dios anhela que vivamos “la mejor vida".
Los buenos pensamientos tienen que venir de Dios.
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